miércoles, 18 de agosto de 2010

De el tiempo

Incontrolable, desmedido, incesante, abrumador y torturador; lo que nos hace esperar, sufrir, y a la vez tener esperanzas. Tirano e insatisfactorio, lleno de incertidumbre, y a la vez lo único que sabemos que avanza, cambia y nos hace cambiar…

Es imposible detenerse un instante, es imposible congelar una escena, un momento, un lugar, o el mismo paraíso, todo cambia, todo tiende a cambiar, infinitamente. Los instantes son recuerdos, y la memoria del porque valió la pena dedicar ese tiempo en algo…

Ese es el tiempo que vale, el que no importaba lo que pasara, el lugar, porque todo se olvidaba, es el tiempo que valió, y que recordamos, pero nada escapa al cambio y los errores, constante es aprender, y no mantener algo que fue, todo lo que tenía que ser, y si tendrá que seguir siendo, el mismo tiempo, en su abrumador y doloroso pasar será testigo de lo que será…

El tiempo no es un enemigo, es algo natural, que nos pasa, que avanza junto con nosotros y no podemos quedarnos en el camino; lo podemos tomar, lentamente, o quizás rápidamente, pero no se detiene, y la idea es perturbarte, porque sabemos nuestro único destino cierto, pero nadie te arranca la vivido, todo queda en el alma, y se irá junto con nosotros…

Valió la pena pelear, jugarse, esperar, y seguir esperando, sabemos que en el infinito obtendremos lo que más anhelamos, pero será la eternidad la que nos de algo así… Lo vivido es nuestro, y de nadie más; lo que nos falta, será parte de nosotros en algún momento más allá del tiempo.

Pero esa es la mirada de las torturas del tiempo, quizás se está dejando pasar lo que el tiempo nos dios, y nos mantiene, algo que cambia y crece junto con nosotros (y quizás uno desearía que todo cambiase, y creciera con nosotros), pero es inevitable, y cosas que deberían ser más importantes, cambian, se alejan o se acercan, sin que nosotros nos demos cuenta realmente, encerrados en un dolor sin nombre…

Cesar Damian Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario